¡Hola viajeros!
En este blog se pueden encontrar diversas ciudades a las que ir en Brasil. Pero no se puede dejar que los árboles impidan ver el bosque. Brasil es mucho más que sus grandes capitales. El país tiene destinos turísticos inolvidables para cada día del año. Enumerar todos esos motivos en una única entrada al blog haría a muchos desistir de tanta opción. La forma que se me ocurre de trasladar el mensaje es a través de 10 motivos para viajar a Brasil. Si aún así no encuentras el tuyo, ¡escribe en los comentarios! Porque seguro que se me ocurren muchos más para que vengas ; ).
Índice
Las Playas
Son eternas, la mayoría con poco turismo, y además variadas. La imagen de la playa de arena blanca y agua turquesa con el cocotero apareciendo por el marco es la más frecuente. Pero hay playas urbanas preciosas como Copacabana o Ipanema. También están las playas de dunas, las playas de arrecifes de coral y las playas que los surfistas adoran. Playas escondidas, playas de interior y playas para ser descubiertas. Hay hasta alguna playa con tiburones, en Recife. Pero eso eso es otra historia, porque hasta en eso Brasil es perfecto. Sólo hay tiburones en Recife porque no se tuvo en cuenta la ecología de esta especie en la construcción de su puerto marítimo. Así que, excepto en Recife, se puede nadar tranquilamente por sus casi 8.000 km de litoral.
Riquezas naturales
Cuando se habla de riquezas naturales a muchos les viene directamente a la cabeza el Amazonas e Iguazú. Y por supuesto son dos joyas del país. Aún así, la lista se queda muy corta. El país tiene más de 70 parques naturales y 6 reservas de la biosfera. Sólo una de ellas engloba completamente al estado de Espírito Santo, cuya superficie equivale aproximadamente a la mitad de Portugal. Chapada Diamantina, Pantanal, Jalapão y Chapada dos Veadeiros son sólo algunos ejemplos de las maravillas que hay para descubrir en los 5 biomas que coexisten en el país: Amazonas, Caatinga, Cerrado, Mata Atlántica, Pampas y Pantanal. Es el destino perfecto para exploradores, amantes de la naturaleza y de los deportes de aventura.
Arquitectura
¿Arquitectura? Sí, arquitectura. Porque en Brasil se da una interesante convivencia de arquitectura colonial y de arquitectura más contemporánea. La historia de Brasil ha condicionado enormemente el desarrollo de muchas ciudades del país. Hay pueblos que bajo el colonialismo fueron muy prósperos y que después fueron casi abandonados. Eso ha hecho que se mantengan casi intactos. Deambular por sus calles es como viajar siglos atrás en el tiempo. Al mismo tiempo, el Brasil moderno, el de centro cosmopolita de Latinoamérica, late con fuerza. La ciudad de Brasília es en sí misma una obra de arte. Pero también está São Paulo, Rio de Janeiro… Hasta en la modesta Curitiba dejó Oscar Niemeyer un museo para la historia.
Gastronomía
Es riquísima. Su patrimonio natural da frutos gastronómicos únicos. Por si fuera poco, saben cocinar la carne como nadie y sacarle el máximo partido a sus frutas. Comerse un buen churrasco puede ser un gran plan en el sur del país. Una buena moqueca en el litoral o un buen pescado de río asado en el interior (porque los peces de río no son pececillos, son de un tamaño que si la gente lo supiera ¡no se bañaría con ellos!). Pero si viajas al nordeste… ¡Ay el Nordeste! Encontrarás frutas e ingredientes inimaginables. Te harás un favor a ti mismo si los pruebas todos, porque después es probable que no los vuelvas a encontrar. Alex Atala es el referente gastronómico en Brasil (si puedes, visita uno de sus restaurantes en São Paulo). Pero una única persona no puede ser representativa de toda la riqueza que existe. Si Perú fue una revolución por su cocina en esta década, Brasil debe serlo de la siguiente. ¡Porque sólo les falta creérselo!
La alegría
No la encontrarás en las guías de turismo del país, y sin embargo será lo primero que te encuentres al aterrizar. Si ser feliz fuera la medida principal de Índice de Desarrollo Humano de la ONU, Brasil estaría en las primeras posiciones. Hay que decir que muchos pueden pensar que eso viene con el clima tropical, y por la prosperidad del país como gran economía. Pero la realidad es que vivir en Brasil no es fácil. Es una economía burocrática, competitiva y el éxito profesional suele ser fruto de mucho esfuerzo. Por eso tiene aún más mérito que los más humildes creen un carnaval como el de Rio de Janeiro o que sean en general de las nacionalidades más receptivas del mundo. Únete a ellos y celebra la dicha de estar vivo.
Las fiestas
Esto enlaza con el motivo anterior, y a su vez con el siguiente. Porque la alegría es la base de toda celebración, por lo que en Brasil se celebra casi todo. Se celebra el resultado de unas elecciones, de un partido de fútbol, que la niña cumpla 15 años, que los nietos tengan su título universitario, el día de las secretarias, el día de los médicos, San Juan y todos los días que le preceden y que le siguen, que es jueves, y que es viernes. Las fiestas de cumpleaños pueden ser verdaderos eventos sociales (habría que hacer una entrada especial para las fiestas de los niños), y también los aniversarios de boda. Si vienes a Brasil no puedes dejar de ser parte de ellas, ya sean fiestas populares (Carnaval, Festas Juninas, Nochevieja…) o eventos organizados, que van desde un macro concierto a fiestas en bares en cualquier fin de semana.
La música en directo
¿Qué es una fiesta sin música? Es un concepto tan innovador que aún no se ha inventado. Y esto lo entienden muy bien los brasileños, creadores del Rock in Rio. Valoran el arte musical de forma casi sagrada. Por eso para dirigirse a sus artistas casi siempre usan «el gran … » o «la gran …». Respetan y veneran a aquellos que consiguen emocionar a través de la música. Por eso es tan fácil encontrar muy buena música en directo en todo el país y en muchísimos estilos. Y también explica la existencia de los blocos de rua de carnaval. Porque si ya es difícil que toquen 15 personas juntas en una roda de samba de forma casi natural, ¿cómo se coordinan 200 personas de una batería de percusión que tocan sólo por afición?
El clima
El clima de Brasil es privilegiado. Aquí tienen un dicho, que «Dios es brasileño», porque si no no se explica que el país haya sido tan bendecido por la naturaleza. Su orografía es suave, el cambio entre estaciones también, no hay terremotos, monzones, ni ciclones, y luce el sol prácticamente todos los días en cualquier punto del país. Llueve, eso sí. A veces mucho y muy rápido, pero qué mejor para mantener esa flora exuberante. Cualquier época es buena para viajar a Brasil. Se puede tener una idea de última hora y comprar el billete tranquilamente sin miedo a equivocarse.
La vanguardia
Brasil es sorprendente en muchos sentidos. El pueblo brasileño es en general muy acogedor y huye de conflictos. Ha sido lugar de ocupación de colonos, lugar de destino de refugiados y también de inmigrantes de muchas partes del mundo. Esto no ha supuesto un problema; al contrario, la cultura del país se ha enriquecido. El brasileño absorbe las novedades muy rápido y las hace propias. Es el cuarto país a nivel mundial en uso de internet (detrás de China, India y Estados Unidos) y el segundo en consumo de vídeos de Youtube. La Asociación Brasileña de Start-Ups contabiliza unas 6.000 start-ups en el país, aunque reconoce que hay muchas más no oficializadas. Sus polos tecnológico-innovadores no están solo en la capital económica del país- São Paulo-, sino que se distribuyen también en ciudades de interior (Belo Horizonte), del litoral (Rio de Janeiro, Florianópolis), y llegan hasta los pequeños pueblos (caso de Santa Rita do Sapucaí, en Minas Gerais). Brasil es diseño, empreendimiento y actualidad. Si se quiere saber qué está pasando en el mundo, un par de días en São Paulo son suficientes.
El descanso
Brasil es un excelente destino para no parar de hacer y de aprender; aunque siempre hay un séptimo día para el descanso del guerrero. Se habla mucho del estilo zen de Asia, pero demasiado poco se habla de las costumbres brasileñas que rinden tributo al sosiego. Empezando por sus desayunos. Le llaman desayuno colonial o simplemente «café da manhã», como si fuera simplemente el café de por la mañana. Qué error de naming, que dirían los marketinianos. Sobre todo en sus posadas, son verdaderos momentos de conexión con el mundo, a través de frutas frescas y bizcochos recién hechos. El invento de las hamacas o «redes» de material textil. Las hay incluso en los restaurantes, para reposar la comida antes de emprender la marcha. El agua de coco. Todo momento es un buen momento para parar, dejar lo que se esté haciendo y beberse el interior de un coco verde a través de una pajilla. Igual ocurre con la cultura del café. Tomar el sol es una actividad en sí misma, y su gran amor por las cascadas como destino de ocio no puede ser más purificador de almas.
Conoce aún más motivos para viajar a Brasil en esta sección del blog. Encontrarás 25 destinos imprescindibles y, además, organizar el viaje será más fácil con estos 10 consejos. ¡Hasta el próximo destino viajeros!
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