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Conocer Brasil en 25 destinos inolvidables: 10 destinos en Ciudades y Naturaleza
¡Hola viajeros!
En el post anterior comenté lo enorme que es Brasil. Sin embargo, he conocido muchas personas que han viajado a Brasil y han hecho dos paradas: Río de Janeiro e Iguazú. Y, a priori, parece una gran pérdida de oportunidad. Hay aún gran desconocimiento de todos los atractivos que el país tiene para ofrecer. Y muchos viajes los pasan por alto. Sin querer hacer una guía exhaustiva del país, sí me gustaría dar una muestra del gran patrimonio de Brasil. Para ello, he clasificado 25 paradas indispensables en 5 categorías diferentes: Ciudades, Naturaleza, Cultura, Historia y Litoral. Y justamente tanto Rio de Janeiro como Foz de Iguazú están entre los 10 destinos en Ciudades y Naturaleza de este post.
Espero que con esta guía puedas decidir qué te interesará más visitar y planificar mejor tu viaje. También podrás comprobar que he hecho un barrido prácticamente por toda la geografía del país. Abarcarlo todo sería muy difícil con poco tiempo disponible. No obstante, sí podrás tener una idea aproximada de qué es lo que te dejas atrás para una próxima aventura ; ).
Y, sin más dilación, allá vamos con la primera parte de estos 25 destinos:
CIUDADES
1. São Paulo
Es una megaurbe con todas las letras. Es la «capital del hemisferio sur», con unos 12 millones de habitantes en su núcleo urbano y llegando a los 20 millones en la región metropolitana. Además, el estado de São Paulo es responsable por aproximadamente el 60% del PIB nacional brasileño. Es una ciudad muy cosmopolita, que se mueve rápido y es referente no sólo para el resto del país, sino para gran parte del mundo. Su visita es muy interesante. Además del casco histórico, existen museos de gran atractivo, barrios bohemios, vida nocturna insaciable y pequeñas perlas inesperadas para el visitante, que se moverá entre reliquias de cientos de años de historia y las paradojas de la modernidad más exacerbada.
2. Rio de Janeiro
Antigua capital de Brasil, conserva bellezas del legado colonialista. Asimismo, la propia ciudad es una belleza. Hay un dicho que dice que Rio de Janeiro es una obra de la naturaleza, São Paulo es obra del hombre, y Brasília es una obra de arte. No se puede desmerecer a ninguna de ellas. En particular, en Rio de Janeiro es cierto que la naturaleza vive en una relación casi simbiótica con la ciudad. El bosque tropical es casi tan parte de la anatomía urbana como sus favelas. Visitar el centro urbano con sus edificios que nos recuerdan viejos tiempos gloriosos, así como el famoso barrio de Santa Teresa o las playas de Copacabana e Ipanema es obligatorio. La foto con el Cristo Redentor… ¡también!
3. Brasília
Es, realmente, una obra de arte. Es una ciudad planificada con corta historia (apenas 60 años de edad), pero que en poco tiempo ha atraído población de otros estados y, como capital, inmigrantes y expatriados llegados de los puntos más diversos del globo. Con la renta per cápita más alta del país, goza de una calidad de vida envidiable para sus habitantes, y es una rara avis en ese sentido, con grandes espacios abiertos y sin la congestión y falta de planificación urbana de la que adolece la mayor parte del país. Oscar Niemeyer dejó un legado imborrable como principal arquitecto que participó en su creación, y su visita es comparable a la visita a Barcelona para conocer la obra de Gaudí o a Valencia para conocer la de Calatrava.
4. Salvador
Primera sede de la administración colonial portuguesa, también recibió grandes influencias culturales llegadas de África. Es una ciudad fascinante, que bien vale una visita para conocer su arquitectura colonial – como ya hizo Michael Jackson para su videoclip de «They don’t care about us«- y de paso pedir un deseo en la iglesia de Nosso Senhor do Bom Fim. Pero no deberemos dejarnos engañar sólo por su aspecto, Salvador es fuente inagotable de expresión cultural que ha bebido de diversas fuentes. El carnaval de Salvador es legendario, su cultura musical es riquísima (y afortunadamente muy asequible de disfrutar en sus barrios) y, además, el litoral de Salvador es paradisíaco.
5. Florianópolis
Si cada ciudad en Brasil tiene su propia huella genética, Florianópolis no es una excepción. Situada en el extremo Sur del país, es la capital del estado de Santa Catarina. Su configuración ha estado condicionada no sólo por una naturaleza privilegiada, sino también por la llegada de inmigración europea (mayoritariamente portugueses, alemanes e italianos). Es la ciudad con el mayor Índice de Desarrollo Humano del país y muchos brasileños la eligen como ciudad ideal para vivir en Brasil. De hecho, se estima que la mitad de sus habitantes no son nacidos en Florianópolis. En su visita sorprenderá su ubicación entre insular y continental, y su potente industria de producción de ostras.
NATURALEZA
6. Foz de Iguaçu
No es una visita que se pueda describir fácilmente con palabras. Estar allí presenciando como la tierra se abre para dejar paso a una cantidad de agua inconmensurable no deja indiferente a nadie. Es una experiencia para todos los sentidos. Sentirás el ruido ensordecedor del agua y verás todos los colores del arco iris ante tus ojos. Algunos dicen que el lado más bonito es el brasileño y otros que el argentino. Ante la duda, ¡visita los dos!
7. Amazonas
El pulmón del planeta es visitable, sí. Puede resultar difícil de entender cómo penetrar en un bosque tropical de ese calibre es posible, y además salir ileso. Pero, afortunadamente, hoy en día existen empresas especializadas y muy respetuosas con el medio donde se encuentran, que permiten tener un acercamiento a esa realidad que nos suele ser tan lejana desde nuestros sofás. El punto de partida suele ser Manaus y es muy común contratar barcos que nos llevan río abajo hasta cierto punto o, incluso, hasta la desembocadura en el océano Atlántico. También es posible ver otras opciones desde/hasta Belém.
8. Pantanal
Pantanal es aquel lugar donde el turista pierde las referencias al adentrarse tierra adentro en Brasil, ya que se encuentra en la región de Mato Grosso, destino poco popular entre turistas extranjeros. No obstante, su extensión de 150.000 km cuadrados abriga una biodiversidad apabullante, siendo por ello reconocido como Reserva de la Biosfera por la UNESCO. Es un área que queda inundada buena parte del año- de ahí la importancia de escoger bien las fechas de visita- y donde viven en perfecta armonía caimanes, panteras, monos, guacamayos, etc. Es el sitio ideal para poder convivir con toda esa biodiversidad, lo cual en el Amazonas es bien más complicado. Si, además, se incluye una parada en Bonito, la experiencia completa puede definirse como una estancia en el Edén.
9. Lençois Maranhenses
Si hay un destino icónico para los que ya han recorrido Brasil más o menos extensamente, ese es Lençois Maranhenses. Es inolvidable y, para los amantes de la fotografía, un escenario irrepetible. Es una extensión interminable de dunas de arena fina y blanca, donde naturalmente se forman pozas de agua dulce. Algunos deciden hacer un recorrido de varios días a través de ellas, aunque es sólo para valientes. La mayoría contratará un jeep de ida y vuelta para pasar el día, bañarse, caer como croquetas desde lo alto de las dunas a las piscinas naturales, o simplemente pasar el día admirando el increíble paisaje. Se encuentran en el extremo norte del país y São Luis puede ser una buena base de operaciones para su visita.
10. Chapada Diamantina
Se encuentra en el interior del estado de Bahia y es un Parque Natural. El nombre le viene de la actividad extrativa de diamantes de la zona, que aún continúa. Para apasionad@s de las joyas puede ser una muy buena oportunidad de comprar ese diamante solitario tan anhelado. No obstante, casi todos los visitantes se acercan para conocer la cuna del ecoturismo de Brasil. Casi con toda seguridad se puede afirmar que todas las rutas de senderismo valen la pena. Valen la pena también los pueblos donde alojarse. Es un destino que se ha vuelto popular últimamente también entre los mochileros extranjeros, y no es de extrañar. Entre cascadas, grutas y desfiladeros se podría pasar perfectamente una semana para ver sólo las maravillas más llamativas. Se puede encontrar más información también en esta página.
Para terminar el post, y haciendo homenaje a este último destino, podéis acceder a este vídeo muy curioso. Se trata de la Cachoeira da Fumaça (o Cascada del Humo); la altura de la caída de agua es tal que el agua se evapora antes de llegar al suelo por la acción del viento. ¡No os lo perdáis!
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