¡Vivir en Hamburgo nos ENCANTA! ¿No me crees? Pregúntaselo a cualquiera de mis vecinos: todos te lo corroborarán con pocos “peros”. Y es que, ¿en qué otra parte del mundo se puede encontrar una mezcla tan única de naturaleza, cultura, y oportunidades? La calidad de vida en Hamburgo es alta, muy alta, incluso para los estándares de Alemania.
Sé que, si no eres uno de los afortunados que ya habitan en esta metrópoli a orillas del Elba, seguramente te estás preguntando… ¿Por qué Hamburgo? ¿Qué tiene de especial?
Y bien, estoy a punto de darte no uno, sino nueve motivos para empezar a hacer las maletas y venir aquí pitando.
Índice
Olvida Hamburgo, ¡vente para Alemania!
Por algún motivo, a los hispanohablantes nos fascina este país.
Algunos venimos buscando las oportunidades laborales que nuestras tierras natales no nos pueden ofrecer. Otros vinimos por amor –y nos quedamos por amor a la vida–. Otros quieren experimentar de primera mano con el idioma, un reto donde los haya.
Y las estadísticas nos corroboran. Échale un vistazo a esta lista de Mercers en 2019: nada menos que seis de las veinte ciudades con mejores condiciones de vida del mundo están en Alemania.
Piénsalo: ¿nunca te ha llamado este país la atención?
Dicho eso: aunque has oído hablar de Alemania, y hayas sentido curiosidad, Hamburgo no es la primera ciudad que te viene a la cabeza al pensar en ella. Después de todo, has oído hablar más de sus hermanas como Berlín, Münich, o Colonia.
Bien, ¡te aseguro que Hamburgo no tiene nada que envidiarles! Y hoy, en Locura Viajera, os voy a explicar por qué…
Por qué Hamburgo puede ser la mejor ciudad para vivir de Alemania
1.- Hamburgo es la novena ciudad más verde de Europa, y la más verde de Alemania
Empecemos por lo primero que salta a la vista.
En Hamburgo, sales de casa y te ves inmediatamente recibido por árboles frondosos, un gran parque a cada esquina y un cielo sin edificios que bloqueen las vistas. Y todo eso, sin tener que renunciar a las comodidades de la ciudad. ¿A quién no le gusta tener la sensación de estar perdido por la naturaleza sin salir de su barrio?
Hay muchos criterios que se pueden seguir para determinar qué ciudades son las más verdes del planeta. Sin embargo, nos remitimos a uno, publicado por la agencia holandesa Travel Bird, que tiene en cuenta la cantidad de zonas verdes.
Así, el estudio está hecho seleccionando 50 ciudades turísticas de todo el mundo, y calculando cuántos quilómetros cuadrados verdes –ya sean naturales o hechos por el hombre, como parques– tiene disponible, para sí solito, cada habitante de la ciudad.
En el caso de Hamburgo, por encima de todas las demás ciudades de Alemania, este número asciende… ¡hasta los 114 qm2 disponibles para cada persona!
No en vano tenemos bellísimos parques como Planten un Blomen, el enorme Stadtpark, y las verdes orillas del Alster y su río. ¡No pierdas el tiempo y ven a disfturat de ellos, ahora que empieza el verano!
2.- Esta ciudad pone fácil el cuidar del medio ambiente.
Con temas como el cambio climático y la sostenibilidad a la orden del día, es difícil no preocuparse por el estado de nuestro entorno.
Y, si bien a nivel político queda aún mucho que hacer, Alemania es un país conocido por su responsabilidad ecologista, y Hamburgo no es menos.
Os pongo un ejemplo claro: el principal medio de producción de la riqueza de Hamburgo siempre ha sido su muelle, donde, hasta hace poco tiempo, lideraba la competición europea en construcción de barcos por encargo. Sin embargo, dadas las sanciones del ayuntamiento combinados con los planes alemanes nacionales para reducir las emisiones, Hamburgo está favoreciendo el turismo como estrategia para el futuro.
Además, el proveedor general de energía Vattenfall –que en 2015, se municipalizó democráticamente– planea acabar en los próximos años con todas las emisiones industriales de CO2.
¿No parece una estrategia a medio plazo genial para el medio ambiente?
Pero no sólo a nivel político, sino también práctico e inmediato, es fácil llevar un estilo de vida consciente. En Hamburgo siempre hay posibilidades para comprar productos orgánicos y locales, no sólo en supermercados especializados.
Las naked shops, que venden productos sin embalaje o sólo con envase reutilizable, es una interesante iniciativa que se está expandiendo hacia Hamburgo para reducir el uso de plástico.
Las botellas se reutilizan: y, para fomentar el reciclaje, siempre que devuelves unas cuantas botellas o latas al supermercado, obtienes una pequeña cantidad de dinero (0,25€ por las latas de medio litro, por ejemplo).
¿Vegano o vegetariano? No te preocupes. Todos los restaurantes están obligados a tener una opción vegetariana en el menú. La gama de productos sustitutores de la proteína cárnica es muy variada y se puede encontrar en cualquier supermercado. Si eres pescatariano o te preocupas por la procedencia ética del alimento, puedes estar tranquilo: los huevos de criaderos en libertad y los pescados de costa están por todas partes. También en los mercados semanales.
Si quieres saber un poco más sobre como viajar (y vivir) de forma sostenible, te aconsejo este artículo.
3. Sorpréndete cada fin de semana con música fantástica: en Hamburgo se vive y se respira la música, no sólo alemana
Alemania y música moderna suele ser sinónimo de “techno” en el imaginario colectivo. Y es cierto que la música electrónica domina el panorama nacional.
Pero eso no es todo lo que te espera en Hamburgo: ¿no te apetece algo más original, como el hip-hop, rock, jazz, o indie? En Hamburgo todo es posible.
Sobretodo, desde los años 90, Hamburgo es un referente para toda Alemania de hip-hop. Para muchos jóvenes del país, la cultura del rap y el grafitti se convirtió en parte fundamental de su identidad, con ídolos emergentes como Semy Deluxe, Absolute Beginner, Dendemann o Nico Suave.
Bien, muchos de esos chicos son hoy en día productores y aficionados musicales. Festivales como el STAMP son la herencia de esta cultura.
¿Te apetece algo más original? ¿Qué tal un tren de jazz, el aniversario de una cervecería a ritmo de rock, o un festival bien plural en la bella zona de Jungfernstieg? Asegúrate de pasarte por nuestro arículo sobre 9 eventos anuales de Hamburgo.
4.- No se ha perdido el sentido de “barrio”
Mercados, parques, conciertos, bares… Todo eso está muy bien: las piezas claves de una vida urbana entretenida.
Pero, ¿qué es lo que falta en la ecuación?
Y, de hecho, ¿qué falta que es completamente imprescindible para nuestros corazoncitos cálidos, del mediterráneo o América del Sur?
Seguro que no has tardado en decirlo: ¡el ingrediente secreto es el amor! O, dicho de forma menos empalagosa… la comunidad, el apoyo social, la gente. Eso es lo que diferencia, al fin y al cabo, nuestras ciudades natales (en mi caso, la bella Barcelona) de todo lo que hay más allá después.
Por supuesto, sin un poco de empeño por nuestra parte –o necesidad en momentos puntuales–, la comunidad no vendrá a nosotros. Pero es así casi en todas partes, ¿no?
De hecho, en Alemania del norte, donde la familia no es un valor tan férreo como en los países hispanohablantes –en Hamburgo, la emancipación a los 18 años se da por supuesta–, los pisos compartidos son una suerte de “segunda familia” para los que ahí viven. De hecho, de ahí viene la expresión que debes buscar si buscas compartir piso: “WG”, o “Wohngemeinschaft”: bien literalmente, “comunidad de vida”.
¿Te preocupas por la barrera del idioma? ¡No te preocupes! El 99,9% de jóvenes de Hamburgo, y Alemania en general, hablan inglés (aunque menos perfecto de lo que quieren admitir). Seguro que consigues encontrar un tándem para intercambiar español por alemán; de hecho, hay incluso una búsqueda online especializada en encontrarlos.
¡Que no te engañen! Los alemanes no son tímidos; al menos, no todos. Lo que pasa es que la vida en la ciudad es bastante anónima, y necesitan a alguien que rompa el hielo. ¡Pero es encanta hacer amigos hispanos! De hecho, en mi círculo de amigos, hay bastantes personas que quieren aprender español. ¿Por qué no aprovecharlo?
5. Hamburgo, como segunda ciudad-estado de Alemania, esconde oportunidades laborales bien únicas
Seguro que tú, un amigo, o el amigo de un amigo, acabó la carrera y tuvo que irse a Alemania persiguiendo la promesa de un trabajo.
Y es que, tristemente y debido a los efectos de las crisis de empleo y económicas, a veces nuestras opciones se reducen a emigrar o conformarnos con un trabajo por debajo de nuestra cualificación. En ese sentido, Hamburgo nos recibe con brazos abiertos: como ciudad pionera en energías renovables, los ingenieros y científicos entre nosotros siempre tendrán algo que hacer allí. Asimismo si te interesan las ventas, el márqueting, la programación…
El sector del turismo, como ya sabes, también está creciendo, y a un ritmo trepidante. ¿Eres guía callejero, recepcionista, o cocinero? Tal vez en Hamburgo se encuentre el reto que esperas.
A parte de eso, tal vez con conocimientos especiales esté esperándote ese lugar que parece de enauseño. ¿qué me dices de paraísos técnicos como el Miniatur Wunderland, del que hablábamos en este post sobre 13 imprescindibles de Hamburgo? ¿O tal vez cafés tan especializados como el Jusis Krimi Cafe? ¿Te puedes imaginar que un café inspirado en la novela policíaca noruega pudiera tener tanto éxito? Seguro que no; tal vez esa es la belleza de la emprendería…
Si eres un artista, la búsqueda de un lugar donde llevar a cabo tu arte y que funcione debe ser bastante frustrante. Incluso si eres un artesano, por los barrios de Ottensen y Altona encontrarás muchos talleres que pertenecen a personas que han financioado su independiencia económica haciendo lo que más les gusta.
6. Como estudiante en Hamburgo, hay muchas posibilidades para “estar en movimiento”
Bien, es momento de asincerararse con una pequeña anécdota.
No soy bloguera de nacimiento –tampoco creo que nadie lo sea–. Ni tampoco nací siendo trabajadora social, como soy en mis “horas offline”. Antes de esto, he sido estudiante, como muchos de nosotros. Concretamente, en la facultad de derecho de la Universidad de Barcelona.
¿Sabéis qué eché mucho de menos? Es bien simple: movimiento.
Y es que, en mi tierra natal, la gente con la que estudiabas… Bien, los veías cada día. Nos juntábamos para estudiar, hacer un café entre clases, salir de fiesta el fin de semana, jugar a cartas y quejarnos por todo.
Y no mucho más.
No me toméia mal. Hay iniciativas estudiantes de diferntes tipos. Algo de implicación política, algún club de lectura, alguna banda de música… pero hay muy pocas asociaciones relacionados con aquello que estudiamos, nuestras vocaciones.
En Alemania, y concretamente en Hamburgo, tal vez porque las universidades públicas son bien fuertes y no hay tantas competencia desplazadas a lo privado, esto es bien diferente. En la Universidad de Hamburgo existe una estructura para fundar grupos de estudiantes, en algunos casos recompensados con créditos, que posibilita con mucha más facilidad el intercambio y lluvia de ideas.
Así, las contribuciones a tu vocación empiezan mucho antes de acabar la carrera. Y tampoco hay que pagar cantidades inhumanas de dinero para poder tomar parte en ellas. ¿Algún estudiante se apunta a un intercambio para comprobarlo?
7.- ¿Eres mamá? En Hamburgo te sentirás como en casa.
Pero bien, no todos nosotros somos universitarios. Aunque nunca es demasiado tarde para hacer lo que quieres, muchos de nosotros tenemos otros objetivos, o estamos en otros momentos de la vida.
Y, para muchos, nuestra principal preocupación son nuestros hijos: ocuparnos de ellos, acompañarlos, asegurarnos de que no les falta nada al crecer.
En Alemania es casi imposible que te encuentres en dificultades económicas si tienes hijos. EL sistema de apoyo social, la oferta formativa y el apoyo estatal son inmensos. Al fin y al cabo, de alguna forma tiene que combatir el país el envejecimiento de su población.
En Hamburgo no sólo existe una pensión, como en toda Alemania, que paga parte de la manutención de tus pequeños. Los seguros concertados –que deberás tener obligatoriamente si trabajas– cubren todas las exploraciones durante el parto, y también las vacunas principales.
La baja maternal llega al año entero con el 67% de tu sueldo durante los últimos 10 meses (y sueldo íntegro los 2 primeros). Y el estado paga también 5 horas de guardería, si estás trabajando a media jornada, cuando vuelvas al trabajo. Y suma, y sigue… Con las condiciones políticas en las que se encuentran algunos de nuestros países, parece un sueño, ¿verdad?
Además, como el tiempo no acostumbra a ser demasiado agradecido, también existen infinitas posibilidades para pasar los días de lluvia con tus pequeños. ¡Descubre algunas en nuestra lista de planes para el mal tiempo en Hamburgo!
8. Hamburgo, como toda Alemania, es “dog-friendly” a más no poder
Hablando claro: para algunos de nosotros, nuestros perros son nuestros niños. O, como mínimo, un miembro más de la familia.
Ellos son los únicos que, incondicionalmente, siempre están para apoyarnos tras un día duro. El educarlos y atenderlos nos hace descubrir, además, mucho sobre nosotros mismos.
Y, a cambio, sólo necesitan comida de calidad, largos paseos, y muchos mimos. ¡Házles caso y tendrás un amigo para siempre!
Ahora bien… Cada vez que te vas de casa sin él o ella, se te rompe el corazón. ¡Esos ojitos! O, si tiene problemas de apego, como muchos perros adoptados –incluída la belleza de la foto–, es posible que el viaje te cueste algo más.
Pero imagínate que no hace falta dejar a tu perro en casa cada vez que te vas. Imagínate que pudiéras llevártelo a comprar a centros comerciales y tiendas. O incluso a comer contigo a un restaurante. ¿No mejoraría eso su calidad de vida?
Parece una locura, ¿verdad? Pues en Hamburgo, ¡es lo más normal del mundo! Y es así: mientras tu perro se porte bien –es tu responsabilidad–, nadie alzará siquiera las cejas si lo llevas contigo por la ciudad.
La únca excepción son los perros mal llamados “potencialmente peligrosos”… Y en cambiar esta regulación anda la asociación del pitbull de Hamburgo. Y es que aquí, el intercambio entre dueños de perros y su activismo es constante.
Para conocer a unos pocos, sólo debes ir a uno de los numerosísimos espacios para perros de la ciudad y conversar mientras los peludos se revuelcan por el césped. Si prefieres hacerlo online, puedes quedar con otros dueños con perros con un ritmo parecido al tuyo a través del grupo Hamburger Hundetreff.
Y eso no es todo: en algunos de estos parques, se ofrecen clases (por unos 8-10€ la sesión) semanales para perros. Una recomendación secreta por si estás por el norte de Hamburgo es el precioso parque de Klein Börstel, al lado de la estación del U1.
9.- La gente de Hamburgo (y toda Alemania del norte) no se anda con rodeos… pero se hacen de querer
Os debo confesar que mi novio se ríe de mí. Y lo hace cada vez que digo algo por el estilo de, “ah, eso qué acabas de decir es alemán”, o cuando me llevo una mano a la cabeza diciendo, “estos alemanes…”
Y lo hago. Ningún reparo en reconocerlo.
Todos los que han tenido una relación con un/a aleman/a tal vez me entenderán. Entre nosotros, es inútil ignorar que hay diferencias culturales.
¿De qué tipo? Bueno, por ejemplo, el peculiar sentido del humor de los habitantes de Hamburgo. A veces algo “basto”, a veces demasiado sutil en el primer momento para darte cuenta siquiera que es humor.
Tal vez, lo mejor y peor a la vez de Hamburgo es que sus habitantes son muy directos. A veces, empiezan conversaciones que normalmente en España se suavizarían con un tono que parece confrontativo… ¡Pero en la siguiente frase se ríen! Y te dejan con la réplica en la boca pensando: “ay, madre, estos alemanes…”
¿Veis lo que quiero decir?
Pero, en algunos aspectos, esto llega a favorecer las condiciones de vida. Los alemanes de Hamburgo no tienen ningún reparo en llamarse la atención, incluso por la calle, si consideran que algo no está bien hecho. Las críticas son como un deporte: hay que aprender a hacerlas y a encajarlas bien, incluso con humor.
En mi caso, después de mucho pensarlo, llegué a la conclusión de que ser de un carácter un poco más templado no es nada malo, pero no por ello deja esta «cultura de la queja» de tener aspectos positivos. No os dejéis afectar por un tono muy directo cuando, en realidad, no hay mala intención detrás.
Dicho esto, esta es la opinión más subjetiva del artículo. Como ya sabéis, se tratan de diferencias culturales. Pero está en nuestra personalidad, y comportamiento, el decidir si son insalvables y por lo tanto nos hacen querernos ir… o, por el contrario, si son un positivo más que añadir a la lista.
Y si Hamburgo no es para ti… ¡Échale un vistazo a nuestros artículos sobre la vida y el trabajo en Londres o en la bella Irlanda!
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1 Comenta
Excelente contenido, muchas gracias por compartir tu experiencia. Me ha encantado, saludos