Tierras altas de Escocia

Bienvenido a las Tierras altas de Escocia. De nuevo dejamos Edimburgo para visitar el gran norte desde la capital. Las regiones montañosas surcadas de profundos lagos fueron escenario de terribles batallas a lo largo de los siglos. Hoy quedan muchos valles, castillos y páramos que puedes visitar para conocer la apasionante historia del país. Y además, siempre rodeado de parajes naturales que únicamente se encuentran aquí. Abrígate bien y vamos allá.

Tierras altas de Escocia (I): Territorio histórico

A pesar de ocupar más de la mitad del terreno escocés, las Highlands albergan a muy pocos habitantes en comparación con las tierras del sur. Efectivamente, las grandes ciudades de Edimburgo y Glasgow abarcan la industria y comercios que atraen a la mayoría de la población e inmigración. Eso no implica que, si decides pasar de las urbes y mudarte al norte, te vaya a resultar difícil encontrar trabajo. Muchos hoteles y casas rurales están desesperados por encontrar trabajadores y ofrecen alojamiento y comida además del salario a quien quiera vivir con ellos una temporada. La soledad y el poco movimiento de los pueblos norteños suele disuadir a los jóvenes, pero si buscas tranquilidad y vivir en la verdadera Escocia, es una buena forma de empezar.

Si decimos que la verdadera Escocia se encuentra en las Tierras Altas, no es por desmerecer a los habitantes del sur ni mucho menos. Históricamente, el norte siempre ha permanecido bastión de los hablantes del gaélico escocés representando así los valores patrióticos tradicionales. Territorio clave de los asentamientos de los clanes, cuyas cruentas guerras os contamos en aquel post acerca de la inspiración para Juego de Tronos. Una vez el sistema feudal de clanes llegó a su fin, miles de habitantes norteños fueron forzados a emigrar a lugares como América y Australia. De ahí la despoblación del territorio y la proliferancia de apellidos escoceses allende los mares. A pesar de esta y otras crisis, la recuperación de los símbolos tradicionales como el tartán logró unir norte y sur bajo una misma identificación cultural y nacional.

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Montañas cubiertas de niebla y misticismo

Ya os hablamos de la mística de lugares como el Lago Ness, envuelto en niebla como las montañas que llevan hasta allí. El macizo Ben Nevis, cercano a la población de Fort William, es el monte más alto de Escocia y es habitual escalarlo o al menos intentarlo, si las condiciones climáticas acompañan. Junto al propio lago forman los símbolos geográficos más reconocibles y turísticos de las Highlands. Antes, encontrarás el valle de Glen Coe, donde tuvo lugar la sangrienta matanza del clan MacDonald por parte de los Campbell, cuya enemistad dura hasta hoy. Mientras tratas de avistar la cabeza del monstruo en el lago más profundo de las islas británicas, ten cuidado con visitar algunas de las casas de la orilla. Una de ellas, en concreto, está maldita desde hace mucho tiempo. El más famoso mago negro se pasó por allí.

Aleister Crowley, considerado en su tiempo el hombre más malvado del mundo, adquirió en 1899 la propiedad de una vieja iglesia a orillas del Ness. Antes de ser bautizada como Boleskine House, había sufrido un incendio en el que pereció toda la parroquia. Crowley, ataviado con sus túnicas de brujo, ejerció allí una suerte de rituales satánicos, exorcismos, sacrificios y toda clase de perversiones que inspiraron a Richard Matheson para escribir la novela «La casa infernal». Mientras la Gran Bestia 666 (así se hacia llamar el brujo) invocaba cosas y maldades varias, fue convocado a una reunión de los grupos ocultistas a los que pertenecía. Abandonando el lugar sin cerrar la invocación, los espíritus se quedaron como moradores de la casa, o eso cuenta la historia.

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Led Zeppelin y la maldición de la casa Boleskine

Tras una serie de trágicos y escalofriantes acontecimientos, Crowley abandonó la propiedad. Sin embargo, la maldición ya se había extendido por la localidad de Foyers, que vio como los sucesivos inquilinos sufrían inexplicables desgracias. No fue hasta 1970 que otro de sus más célebres propietarios llegó allí. No era otro que Jimmy Page, el guitarrista del probablemente mejor grupo de rock duro de la historia. Los rumores siempre han vinculado a Led Zeppelin con el satanismo, de forma infundada hasta cierto punto. Siempre según la leyenda, el supuesto pacto de Page con el diablo consagró a la banda al éxito comercial y reconocimiento musical. Y así fue durante toda la década de los setenta, o casi.

Aunque Page apenas se ha manifestado públicamente acerca de los sucesos paranormales en la casa, alguno de sus amigos tiene historias que contar. Cabezas fantasmales que caen y ruedan por el suelo, maullidos de gatos a pesar de no haber ninguno cerca, ruidos de animales salvajes en el interior y los clásicos bailes del mobiliario. El pacto se cobró su parte, con la muerte del hijo de Robert Plant, cantante de la banda, y la disolución definitiva tras el triste fallecimiento de John Bonham. El mejor batería del mundo no sobrevivió esa noche a sus habituales excesos de vodka con naranja. Page vendió la propiedad poco después, la cual ha sido pasto de las llamas en varias ocasiones. La más reciente este mismo verano, aparentemente de forma intencionada, dejando el interior irrecuperable.

Tierras altas de Escocia (II): Inverness, la capital del norte

Si dejas atrás los restos calcinados de Boleskine House mientras suena el solo de «Stairway to Heaven», y sigues el lago rumbo al norte, hallarás la desembocadura del rio Ness. El precioso paseo peatonal que bordea el agua y la vegetación, el cual recomendamos encarecidamente, nace desde el mismo centro de Inverness y le da nombre a la única ciudad que verás en las Tierras Altas. A pesar de su enorme área residencial, no te llevará mucho conocer el centro ya que es bastante reducido para nuestro concepto de «ciudad». Los paseos por la ribera del Ness, que atraviesa la localidad hasta el puerto, te darán la perspectiva de lo que supone vivir en el corazón de las Tierras Altas de Escocia. No te pierdas la subida a la colina del castillo para divisar todo el Ness al atardecer.

En Inverness encontrarás todos los comercios y locales que puedes esperar de una capital, aunque sea de tamaño reducido. Ademas del habitual Wetherspoon donde se congrega la mitad de la población, no te pierdas la sopa de pescado («Cullen Skink», el marmitako de Escocia), en el Hootananny, local famoso por su música en directo y sus bailes tradicionales. La sala de conciertos local es el Ironworks, y si vas a alojarte en un bed&breakfast, podemos recomendarte dos. Wimberley House, atravesando los campos de golf a 20 minutos del centro. Y el mejor de todos es Averon House, en pleno centro. Caserón victoriano restaurado con decoración retro y suites temáticas, regentado por un amabilísimo propietario que prepara unos desayunos dignos de las novelas de Enid Blyton.

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Tierras altas de Escocia (III): Vacaciones de mar y montaña

Las islas del norte son accesibles desde Inverness, por lo que es común establecer la base de operaciones aquí durante varias noches y viajar a varios lugares durante el día. Entre todos los destinos de alrededor, el más popular es la isla de Skye. El tour de Rabbies que hicimos ofrece un recorrido descriptivo del noreste de la isla, con recogida en la estación de autobuses de Inverness para volver allí al atardecer. Es la mejor opción para no tirar de coche. Verás las coloridas casas de Portree, y las curiosas formas de la piedra en Storr, entre acantilados y vacas de flequillo peludo. Y por supuesto, el espectacular castillo de Eilean Donan. Los tours de Rabbies son siempre de gran calidad y servicio respecto a su precio, por lo que no podemos dejar de recomendarlos en nuestros viajes por Escocia.

Asumiendo que viajas desde Edimburgo, la razón por la que elegir Inverness por encima de poblaciones como Fort William es el precio y disponibilidad de los transportes. Diariamente, por £14 varios autobuses de Megabus te dejarán en Inverness en unas tres horas, atravesando impresionantes paisajes antes descritos. Lo mismo con el tren, pero a un precio algo más elevado. Desde aquí es posible viajar a las tierras del eterno invierno que aguardan al norte del norte, aunque es algo difícil de acceder. La razón es sencilla. La larga distancia y la dependencia de horarios prácticamente obliga a pasar al menos una noche en Inverness, lo cual encarece y alarga el viaje por las Tierras Altas de Escocia.

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Aviemore y otras rutas

Si vamos a tirar de Megabus, existe una parada en un pueblo 45 minutos antes de llegar a Inverness. Aviemore es indispensable para los amantes del turismo de montaña, algo así como el equivalente a Jaca si vas a los Pirineos. Los lectores más veteranos recordarán aquella maravillosa serie de principios de los noventa, «Doctor en Alaska» («Northern Exposure»), y el pueblo de Cicely que consistía en una sola calle con casas y locales a ambos lados. Pues Aviemore es exactamente igual, también con ciervos y renos en las inmediaciones. Puedes subir al monte por varias rutas disponibles, fáciles o exigentes para que todos puedan seguirlas. Pero procura no hacer ruido cuando te acerques a la cima, ya que manadas de ciervos emprenderán la huida al mínimo movimiento.

Como imaginarás, poco ofrece el pueblo además de sus restaurantes y vida nocturna. En la oficina de turismo nos recomendaron una excursión de aproximadamente tres horas, que recomendamos sin falta. Saliendo de Aviemore por el camino junto a la estación de tren y siempre con la cordillera de las Cairgorns en el horizonte, serpentea una muy bien indicada ruta. Atravesando el bosque de Rothiermurchus, entre vegetación y una suave ascensión que apenas notarás, transcurre el apacible recorrido. Sigue bien las señales y no te perderás. Al final aguarda Glenmore y la playa más alta de Escocia. Tras el almuerzo, dirígete al centro de visitantes para un merecido café y el autobús de vuelta a Aviemore. Consulta horarios antes, ya que no siempre circula durante todo el día.

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Noche de terror en el Mackenzies

Siendo el principal centro de alojamiento para montañeros y turistas que desean conocer la magia de las Highlands, Aviemore está lleno de opciones. De todas, solo podemos decirte la que bajo ningún concepto debes escoger. El Mackenzies Highland Inn parecía acogedor. Precio asequible para ser una elección de última hora, desayuno incluido y aspecto de albergue tradicional escocés. Los inquietantes moradores de la posada nos disuadieron de alojarnos antes de las 5 de la tarde. Vimos como a la mujer de la oficina de turismo se le congelaba la sonrisa al decirle donde nos estábamos alojando. Nos lo tomamos a risa y nos fuimos de excursión. Al volver aquella tarde, entendimos el motivo.

Nuestra habitación había sido pintada de rojo a furiosos brochazos, como tratando de ocultar los horribles crímenes bajo la pared original. La pintura estaba desconchada allí donde la tetera humeaba, y del espejo de la puerta sólo quedaban cuatro clavos con restos de cristal adheridos. Y del cuarto de baño y la trágica experiencia de ducharse, mejor no hablar. Tras consultar Tripadvisor, decidimos perdernos el desayuno y refugiarnos en la cafetería de al lado. El restaurante tenia toda la pinta de ser candidato a aparecer en los programas estilo «Pesadilla en la cocina», con un chef furibundo encontrando grasa y suciedad en sitios a los que no quisimos exponernos.

Conclusión y links

Si este breve resumen de las Tierras altas de Escocia te ha convencido, abajo encontrarás varios links para tus reservas. Y ya sabes que cualquier duda que tengas, estaremos encantados de ayudarte a resolverla si nos consultas en los comentarios.