Queridos viajeros,
Bienvenidos al capítulo más sabroso de vuestro viaje. Con seguridad muchos de vosotros sois de los que investigáis sobre platos típicos del país antes de visitarlo. Y muchos hay que van directamente a conocer los mejores restaurantes locales. Guardar toda la gastronomía brasileña en un índice de 10 tópicos no es lo más justo con la rica realidad, aunque el objetivo es tener un primer acercamiento, independientemente de la región que se va a visitar. Así, aquí se incluyen comidas tradicionales que se pueden encontrar de norte a sur del país, ¡y todas ellas merecen la pena!
Índice
Feijoada
La feijoada es el plato brasileño por antonomasia. ¿Por qué? Porque es el más consumido. Su origen está en la cocina portuguesa y, de norte a sur, es normal que las ciudades tengan su propio día de la feijoada. Hoy en día esto ha cambiado con el aumento de la oferta y es posible comer feijoada en los restaurantes casi cualquier día de la semana. No obstante, es más fácil de encontrarla en su versión más extensa los sábados, y en São Paulo también miércoles, así como en Brasília y Rio de Janeiro también los viernes.
Es un plato de alubias (frijoles) cocinadas con carne de cerdo, que se consume con arroz, hojas de col, harina de mandioca, plátano frito, cortezas de cerdo, naranja… Se suele presentar en multitud de cazuelas de barro en sus diferentes variantes y sus acompañamientos. También los fines de semana la suele acompañar un poco de samba en directo. ¿No es genial?
Moqueca
La moqueca es un plato muy especial en la gastronomía brasileña. Es consistente como la feijoada, pero está elaborado a base de pescado y/o gambas (los brasileños tienen fijación con las gambas; por cierto, si alguna vez quiere agradar a uno, ¡regálele gambas! :D:D:D). Lo que le confiere el cuerpo a la receta es la leche de coco de su salsa. Y lo que la termina de hacer especial es la combinación con el componente ácido y aromático del limón y, opcionalmente, cilantro y aceite de dendé (de palma). También se incluyen en la receta pimiento, cebolla y tomate. Es receta típica del litoral, aunque la que tiene más éxito es la baiana, por eso en una parada en Salvador una buena moqueca es ineludible. No es nada difícil de hacer (receta).
Churrasco
El churrasco es algo así como una barbacoa donde el rey es la carne de ternera y, particularmente, la picanha. La picanha es un corte típicamente brasileño, y al que en España también en algunos sitios se le llama la tapilla. No obstante, en ningún lugar es tan apreciado como en Brasil. La particularidad es la capa de grasa que lo recubre. Al hacerlo de forma lenta en la brasa y a unos 40 cm de la misma, esa grasa se funde y le otorga la jugosidad a la pieza.
Hacer un buen churrasco es un arte que los brasileños han sabido desarrollar. Por eso hay buenas churrascarias en todo el país, aunque son especialmente famosas las de la región sur del país (Rio Grande do Sul, Santa Catarina y Paraná). En São Paulo, Rio y Brasília es un referente Fogo de Chão, que ha conseguido expandir esta cultura al implantarse internacionalmente. Hay también un tipo de churrascarias típico, las de rodízio, donde se paga una cantidad fija y se puede comer a voluntad de toda la carne que van ofreciendo (además de otros acompañamientos).
Carne de sol
Siguiendo con la carne, esta es una preparación típica del nordeste. Para conservar la carne (de ternera) en un clima tan cálido, ésta tradicionalmente se secaba al sol con bastante sal. Hoy en día se hace de forma industrial y se encuentra en cualquier carnicería, ya que los platos que con ella se hacen se han extendido a todo el país. Se puede encontrar en la feijoada, como aperitivo, a la plancha directamente en la mesa con mandioca y cebolla, en escondidinho (con patata y queso gratinados), en pizza, en croquetas (bolinhos)… Otras versiones son la carne seca (más seca y más sal, como su nombre indica) y el charque, más propio de la región sur, y que es la carne menos húmeda de todas. Si se encuentra en el menú es más que aconsejable pedirla. Hay restaurantes especializados sólo en la carne de sol.
Coxinha
La coxinha es una especie de croqueta, más grande, y cuyo contenido no es homogéneo. Suele tener un relleno interior de carne, típicamente pollo, envuelto en una masa de harina y caldo de la propia carne, y puede tener catupiry (un tipo de queso cremoso típico de Brasil). Es casi una comida en sí misma. Es uno de los tipos de «salgados» (alimentos hechos con masa y salados) que se encuentran en todo el país, y que los brasileños agrupan como un tipo de «lanche». Puede hacer las veces de merienda, tentenpié o almuerzo. Se encuentra normalmente en «lanchonetes». En los últimos años se le ha dado el lugar que merece y hay hasta festivales de coxinha, donde los rellenos son auténticas joyas gastronómicas. La siguiente foto ha sido extraída del blog Flamboesa, donde está también la receta.
Otro «salgado» que no se debe desmerecer por su simplicidad es el pan de queso (pão de queijo). Es de origen minero (Minas Gerais), pero hoy en día es un pequeño bollo salado- hecho con harina de mandioca y queso- que se come casi en todo lugar y a todas horas. Es muy socorrido y casi omnipresente.
Hamburguesa
Que me perdonen los chefs brasileños por la vulgaridad. ¿Cómo se le puede ocurrir a alguien introducir un plato, que en realidad es un bocadillo, y encima de origen estadounidense en un índice de gastronomía brasileña? Pues porque los brasileños han abierto nuevos caminos para esta preparación. Es como la famosa pizza de São Paulo, otro sacrilegio según muchos, pero hasta he oído decir a algún italiano que el invento de la pizza con plátano de los brasileños es una genialidad.
La cuestión de las hamburguesas es que los brasileños tienen una fuerte cultura de la carne. Y además tienen una riqueza de ingredientes difícil de igualar. En los últimos años han explotado esta condición, y se han abierto muchísimas hamburgueserías «de autor». Hay festivales dedicados exclusivamente a la hamburguesa, donde los chefs compiten con sus mejores creaciones. Es difícil no encontrar una buena hamburguesería en cualquier ciudad del país. Y puede ser que esté dentro de un food truck.
¿Han probado la hamburguesa con piña y mermelada de menta? Pues si tienen la oportunidad, háganlo. Una servidora probó esta hamburguesa en un local de no más de 12 metros cuadrados en un pasaje interior de la Avda. Paulista, en São Paulo. ¿No da eso ya un indicativo del panorama? Enlaces a recomendaciones de Rio de Janeiro, São Paulo y Brasília. Permítanme incluir también «O Concorrente», en Brasília, que no aparece en esa lista y es mi favorito ; ). Además, está frente a uno de los locales más animados de la ciudad, el Pinella.
Tapioca
Es la harina humedecida de la mandioca. Esta se coloca sobre una pequeña sartén, a modo de crêpe francés, y el calor junto con el agua hacen que esa harina se convierta en gomosa, con la consistencia necesaria para colocarle rellenos, tanto dulces como salados. Es muy socorrida para tenerla en casa y hacer una cena en 5 minutos. Y encima es muy sana. Es muy típica de Recife y Olinda, por eso en carnaval las plazas se llenan de «tapioqueiras», aunque hoy en día se encuentra en casi cualquier sitio. Hay una preparación dulce de tapioca, a la que llaman cuzcuz de tapioca, pero no es muy fácil de encontrar. Se hace con leche de vaca, leche de coco y coco rallado. Es muuuucho mejor que el arroz con leche ; )
Otra preparación nordestina es el acarajé, propio de la gastronomía afro-brasileira, que es una masa redonda hecha a base de harina de alubias, que se fríe y también se rellena. Aunque no está tan extendido como la tapioca, hoy en día se encuentran vendedores ambulantes en ferias de muchas ciudades. El acarajé es siempre salado.
Açai
Es una fruta amazónica, de color púrpura y de excelentes propiedades para la salud. Tanto es así que se ha exportado en forma de polvo deshidratado y en cápsulas. Es frecuente verla como ingrediente de bebidas energéticas en Estados Unidos, por ejemplo. No obstante, los que la han probado en su región de origen, sobre todo en Belém, y en periodo de cosecha, dicen que su sabor en esas condiciones es inigualable. En el resto de Brasil se vende congelada, para hacer zumos o el propio «açai», como se le conoce donde no hay fresco: una mezcla de açai congelado y batido, a veces con guaraná, plátano/fresa y granola (muesli). Como el brasileño es creativo, se le puede poner casi cualquier cosa (miel, leche condensada, cacahuetes, etc.), aunque a veces más simple está casi mejor.
Esta fruta está muy extendida, pero no quita que haya otras autóctonas del lugar que valga la pena probar. Como el cupuaçu, el buriti, la jabuticaba… En la región centro-oeste son curiosos el fruto seco baru (con el que se hace un licor delicioso) y el pequi, que aromatiza arroces y el famoso empadão goiano.
Café
Siguiendo con un orden parecido a la lógica de un comensal, llega la hora del café. Brasil dependía, literalmente, de este fruto a finales del siglo XX, llegando su importancia a representar el 70% del PIB nacional. Hoy en día es el mayor productor mundial de café, aunque su economía está bien más diversificada. Brasil no ha tenido un marketing exterior tan potente como el de Colombia ni ha tenido el arraigo productor de Etiopía, por ejemplo. Sin embargo, ha sabido reinventarse en el tiempo. De ser un gran productor a granel (tiene óptimas condiciones de producción en extensas regiones del país), ha evolucionado a producir también lotes y microlotes de altísima calidad (>80 puntos). Y no sólo eso, los baristas han acompañado.
Los buenos cafés de Brasil son en general lugares agradables, de ambiente informal, con menús completísimos, donde muchas veces hay eventos culturales e incluso música en directo. Y, sobre todo-sobre todo, buen café. Muchas veces es posible desayunar, comer y merendar en un café brasileño. Isabella Raposeiras abrió una brecha con Coffee Lab en São Paulo, que otros siguieron después. En São Paulo son recomendables también Santo Grão, con larga trayectoria y que comenzó en la mítica Oscar Freire, y Nano Cafés Especiais, en el bonito rincón del Jardim Secreto. En Brasília la longeva cafetería Ernesto, Clandestino o Quanto Café. En Rio de Janerio está la legendaria Confeitaria Colombo, Curto Café y Folie à Deux. Pero sólo por citar algunas. Hay muchísimas más.
Caipirinha
¡Y llegamos a la hora del desenfreno! ¿Qué se toma en Brasil cuando uno está en la paradoja de querer olvidar o hacer el momento memorable? Hay una única respuesta para los espíritus brasileños más enraizados: caipirinha. Caipirinha no es más que la mezcla del licor de caña de azúcar (cachaça) con hielo, azúcar y una fruta. Esa fruta es típicamente lima, aunque también es muy común la fresa, el kiwi, la piña o la uva.
La cachaça, sin excepción, es fuerte. Es para los que se retan, para los curiosos y para los puristas. También a veces para los económicos, porque hay cachaças nacionales muy baratas. Por eso en Brasil también es muy típica la caipiroska, que sustituye la cachaça por el vodka. Sólo un detalle para los clásicos de caipirinha de lima: al sol la vitamina C de la lima es reactiva y puede producir manchas en la piel (alrededor de la boca).
Seguro que hablaremos más en profundidad de las delicias de Brasil. Por ahora, espero que hayáis encontrado grandes tentaciones en este top 10 de la gastronomía brasileña. ¡Felices viajes!
Para otros posts de Brasil, consultar en este enlace.
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